GRADUACIÓN DE LA FACULTAD DE ENFERMERÍA
22 DE AGOSTO 2013
“La gran finalidad de la vida, no es el conocimiento, sino la acción”. Thomas Henry Huxley.
La enfermería es una profesión que exige de valores como la abnegación, entrega, dedicación y sobre todo de vocación de servicio.
La enfermera y el enfermero se convierten en los auténticos guardianes de la salud de la población, tanto intra como extra hospitalaria.
Atiende los tres niveles de la salud: prevención, tratamiento y rehabilitación.
Su desempeño, tiene una gran responsabilidad social, porque representa el rostro de esperanza ante la amenaza de pérdida de la salud.
Este meritorio reconocimiento social que se les otorga a los “Ángeles Blancos” es bien merecido, ya que su ejercicio profesional exige de un alto grado de estoicismo, su horario de trabajo se distribuye en diferentes jornadas laborales.
La enfermera o enfermero se convierten en lectores emocionales, físicos y espirituales de las necesidades del paciente.
Mantiene vínculos directamente con el paciente, por tanto tiene que ser empático.
Les exhorto a que continúen formándose cognitivamente, pero recuerden siempre que la profesión exige de un alto grado de humanización y humildad.
A la fecha hemos formado muchas generaciones de enfermeras y enfermeros, pero el mayor orgullo que hoy siente la Universidad Autónoma de Chiriquí, es la calificación profesional que les distingue a nivel nacional e internacional, consideradas como una de las mejores de clase mundial.
La universidad les ha dotado, del equipaje de conocimientos teóricos, prácticos y esto les otorga el camino expedito hacia el campo laboral.
El símbolo o ícono que identifica la profesión de enfermería: La lámpara, cuya precursora fue la dama de blanco, nigttingale; representa la luz, la fe y la esperanza ante las adversidades que vive el paciente, por tanto brillen siempre, iluminen el camino ante los temores y estigmas que trae la enfermedad.
Segura estoy que esta fecha marca una huella especial en sus vidas, pero también un desafío profesional, ya que trabajar con la salud, de los seres humanos, no es fácil, sobre todo, en este mundo globalizado donde la ciencia y la tecnología sin límites, determina cuanta formación se exige para su eficiente desempeño.
Cumplan como siempre con el código de ética y las normativas institucionales, pero jamás olviden el alto grado de humanismo que es fundamental en su profesión.
Como rectora, no puedo ocultar el orgullo y satisfacción que embarga cuando veo que culminan un estadío más de su proyecto de vida.
También la nostalgia porque abandonan su alma mater.
Es ambivalencia sentimental es paralela a la actitud que embarga a los padres, cuando sus hijos, se van del hogar, pero jamás olvidemos y siempre estaremos avistando su trayectoria y desempeño profesional.
Esta desvinculación es transitoria, pues tienen que cruzar nuevos horizontes, y jamás olviden el apego que les propiciamos en su desarrollo y crecimiento personal y profesional.
Felicito a todos los graduandos y graduandas y a los padres de Familia que confiaron en nuestra casa de estudios superiores y me uno al regocijo y orgullo, que hoy sienten al ver culminada una etapa más en las vidas de sus hijos e hijas.
Sigan confiando en nuestra Universidad Autónoma de Chiriquí, ya que aquí se desarrollan los sueños y esperanza de la familia chiricana.
Que Dios les bendiga.
M.Sc. Etelvina Medianero de Bonagas.
Rectora
http://www.unachi.ac.pa/
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